¿Perseveraremos en el Pecado?
Cristo te salvó, te perdonó y te aceptó en el amado. Dios te ve ahora sólo en Jesucristo, y es por eso que debemos acudir a nuestro Salvador cada vez que caemos.
Cristo te salvó, te perdonó y te aceptó en el amado. Dios te ve ahora sólo en Jesucristo, y es por eso que debemos acudir a nuestro Salvador cada vez que caemos.
Dios es nuestra fuente de vida y poder en la vida. Jesús es nuestro pasado, presente y futuro. Nunca necesitamos menos a Dios, no importa lo bien que vaya la vida.
La paz que Jesús nos da proviene del corazón mismo de Dios. Él cumple sus promesas y ninguna persona, demonio, temor o enemigo podrá arrebatarnos de las manos de Dios.
La única manera de entrar en la buena gracia de Dios es admitir la verdad de que no hay nada bueno en nuestra carne, no hay manera de ganar nuestra salvación. Nuestra justicia está sólo en Cristo.
Dios no hace acepción de personas y no se complace en nuestros intentos de bondad. Somos aceptos a los ojos de Dios sólo por la fe en Cristo y su obra.
Para aquellos que quieren entender la maravillosa obra de Jesús en la cruz, la justificación por la fe es la forma en que entramos en el reposo de Cristo.
En el tribunal del cielo, nuestros pecados serán justamente expuestos, pero Cristo se presentará y proclamará todos y cada uno de los pecados cubiertos por su sacrificio en la cruz.
Cuando nos proponemos pasar tiempo con Jesús solo por quién es él, él restaurará nuestras fuerzas y abrirá puertas ante nosotros que nadie podrá cerrar.
A veces luchamos y nos ponemos ansiosos cuando Dios nos dirige gentilmente hacia sus buenos propósitos. Confiar en su soberanía respecto a sus instrucciones es fundamental en cada nueva temporada de nuestras vidas.
La paz divina no vendrá de esforzarse, de hacer promesas a Dios, de esforzarse por ser mejores. Más bien, se trata de buscar una revelación de lo que Jesús hizo por ti en la cruz.