Paz para Tu Alma

David Wilkerson (1931-2011)

Dios ha prometido a su pueblo un reposo glorioso e incomprensible que incluye paz y seguridad para el alma. El Señor ofreció este maravilloso reposo a los hijos de Israel, una vida de gozo y victoria, sin temor, culpa o condenación, pero hasta el tiempo de Cristo, ninguna generación de creyentes caminó completamente en esta bendita promesa. Como la Biblia deja muy claro, nunca lo obtuvieron debido a su incredulidad: “Vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad” (Hebreos 3:19).

Mientras los cristianos estén rodeados de sus amigos creyentes y todo vaya bien, ellos podrán hablar con confianza acerca de andar en victoria. Pero cuando el enemigo sopla sus feroces vientos de adversidad sobre ellos, éstos son arrojados, empujados y jalados, sin fuerza para resistir. Muchos están abrumados por la tentación y la caída. Entonces, ¿qué significa descansar en su salvación y poseer la paz y la seguridad sólidas que todos los cristianos tienen a su disposición en Cristo?

Jesús dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28:30).

Jesús está hablando aquí de la disciplina de aprender quién es Él y lo que logró en la cruz. Él está diciendo: “Una vez que tu alma esté en reposo, podrás llevar mi yugo”. Puedes leer tu Biblia y orar un poco cada día, pero eso no es suficiente. Debes entender y apropiarte de la verdad fundamental sobre la cual todas demás verdades están construidas: la doctrina de la justificación por la fe. Esto significa perdón por tus pecados y ser aceptado por Dios como justo en Cristo, a través de la fe. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).

Querido santo, ora para que Dios haga realidad esta preciosa verdad en tu espíritu, para que no entres en pánico cada vez que el enemigo traiga algo contra tu alma. ¡Permanece firme bajo la cruz de tu Salvador, aquel que te brinda todo el reposo para ti.

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