Los Botines de la Guerra Espiritual

David Wilkerson (1931-2011)

“De lo que habían consagrado de las guerras y de los botines, para reparar la casa de Jehová” (1 Crónicas 26:27). Este versículo nos abre a una profunda y transformadora verdad. Habla de botines que sólo se pueden ganar en la batalla, y una vez que estos botines se ganan, son consagrados para edificar la casa de Dios.

Comprender la poderosa verdad detrás de este versículo nos permitirá comprender porqué el Señor permite una intensa guerra espiritual a lo largo de nuestras vidas. Dios no sólo permite nuestras batallas, sino que tiene un propósito glorioso para ellas.

Entonces, ¿cuáles son los “botines ganados en batalla”? La primera mención de botín en la Biblia ocurre en Génesis cuando una confederación de reyes invadió Sodoma y Gomorra. Estos invasores capturaron a los habitantes y saquearon sus posesiones: “Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones… Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram” (Génesis 14:11-12).

Cuando Abram se enteró de que su sobrino había sido llevado cautivo, él reunió a su ejército y superó a los invasores, trayendo a Lot y sus bienes (ver 14:15-16). Mientras Abram conducía su victoriosa procesión de personas gozosas a casa, se encontró con Melquisedec, el rey de Salem, y se sintió guiado a diezmar de su botín (ver 14:20). ¿Por qué Abram diezmaría a este rey? Porque Melquisedec era “el sacerdote del Dios Altísimo” y Abram quería ayudar a sostener el ministerio de la casa de Dios.

Imagina la escena unas horas antes de que Abram venciera a esos invasores. Satanás debe haberse emocionado. Sus ejércitos acababan de llevarse a toda la población de dos ciudades, incluido al único hombre piadoso que vivía allí. Satanás tomó a Lot como un “botín” junto con vastas manadas de ganado, carros llenos de comida y ropa; y cofres llenos de oro, plata y piedras preciosas. El pequeño ejército de Abram derrotó al ejército confederado, liberó a la gente y recuperó una enorme caravana de botines. El botín que pertenecía a Sodoma y Gomorra fue devuelto a ellos, pero Abram se quedó con el botín de los invasores. Y rápidamente dio una porción para la obra del Señor

Este es el principio del que Dios quiere que nos apropiemos: Nuestro Señor está interesado en mucho más que en hacernos vencedores. Él quiere darnos botines, bienes, riquezas espirituales a partir de nuestra guerra. A esto se refiere Pablo cuando dice: “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37). Debemos salir de nuestra batalla con recursos que podamos usar para bendecir y mantener la casa de Dios.