UNA VIDA REAL, ABUNDANTE

Gary Wilkerson

Cuando el Espíritu nos mueve a hablar en amor, debemos hacerlo. Recientemente, al salir a almorzar con mi esposa, me sentí conmovido a decirle a uno de los camareros que Jesús lo amaba. Él no respondió, pero más tarde lo vi decirles a los otros camareros lo que yo le había dicho, lo cual produjo algunas miradas de curiosidad hacia nosotros. Luego algo interesante ocurrió. Cuando nos íbamos, otro camarero me detuvo ¡y me preguntó si yo podría orar por él!

Ese es un ejemplo de la diferencia entre la religión y el amor de Jesús. Amar a Jesús significa compartir su testimonio inclusive cuando puede hacerte parecer un poco loco; y luego, ver el poder de Dios moverse poderosamente.

Algunos creen que, para llegar a ser cristiano, se debe conocer las leyes espirituales o hacer alguna oración particular. Pero no fue así como Jesús le explicó la fe a Nicodemo, un intelectual judío bien versado en la religión. Nicodemo tuvo dificultades para comprender lo que Jesús quiso decir con “nacer de nuevo”. “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” (Juan 3:4).

Nicodemo estaba tratando de entender las cosas de Dios a través de su intelecto, pero Jesús señaló que las cosas de Dios nunca se realizan a través de nuestra carne: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (3:5-6).

Amigo, se nos ha dado algo mucho mejor que la religión. Es tiempo levantarnos y seguir a Cristo a un lugar más elevado. El corazón de lo que Santiago llama “la religión pura y sin mácula delante de Dios” (Santiago 1:27, énfasis añadido) se trata de tomar el amor que hemos conocido y compartirlo libre y abundantemente con los demás. Esto elimina cualquier temor sobre lo que debemos “hacer por el Señor” y lo reemplaza con un corazón dispuesto a recibir y dar su amor. ¡Esto es una vida real, abundante!