UN CLARO LLAMADO

Gary Wilkerson

“Me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número” (1 Corintios 9:19). En este versículo vemos que Pablo está empezando a comprender su misión en la vida: ¡Ganar almas para Jesucristo! En el versículo 16 él dice: “¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!”

¡Qué transformación tuvo lugar en la vida de Pablo! En Hechos 9 lo vemos en el camino a Damasco, yendo a toda velocidad para perseguir a tantos cristianos como podía. ¡Qué historia tan horrible tenía! Sabemos que él fue parte del martirio de Esteban (ver Hechos 7:55-60) y muchos historiadores creen que también estuvo involucrado en la muerte de más creyentes. Pero cuando Jesús se le apareció milagrosamente, él se asustó y cayó a tierra. Así fue como comenzó su búsqueda de Dios y su profundo ministerio.

Pablo está diciendo en el versículo 16 que este ay, este llamado a predicar el evangelio, fue impuesto sobre él por necesidad. Era necesario que Jesús trabajara en su vida de la manera exacta en que él trabajó, para que pudieran llevarse a cabo las cosas que él llevó a cabo en Pablo.

Sin saberlo, Pablo había estado persiguiendo a Dios sin buscar al Salvador. Tenía un llamado en su vida, pero no sabía cuál era el camino correcto a seguir, para poder cumplirlo. Tú también tienes este mismo llamado. Jesús vino a ti, te buscó, te encontró donde estabas y te rescató. Él siempre viene a aquellos cuyos corazones lo buscan.

Cuando Jesús se apareció a Pablo, éste nació de nuevo y pocos días después fue lleno del Espíritu Santo. Pero sucedió mucho más: Él recibió un claro llamado sobre su vida. Él sabía que tenía que predicar el evangelio y ganar almas.

Jesús vino a salvarte, ¡pero él también vino a llamarte! Tú eres un instrumento elegido para llevar su nombre a los inconversos.