Tomando el Escudo de la Fe

Jim Cymbala

Se nos dice que tenemos un escudo de fe que debemos usar. “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.” (Efesios 6:16). Sin embargo, este versículo plantea una pregunta.

La Biblia también dice que Dios es nuestro escudo. Génesis 15:1 dice: “Vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. David escribe sobre esto en sus salmos: “A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque Dios es mi defensa. El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo. No los mates, para que mi pueblo no olvide; dispérsalos con tu poder, y abátelos, oh Jehová, escudo nuestro” (Salmos 59:9-11).

Entonces, ¿es Dios mi escudo, o tengo mi propio escudo de fe? ¿Cuál es?

Primero, tenemos que entender qué es la fe. La mayoría de la gente piensa que la fe es cuando estamos de acuerdo mentalmente con algo que leemos como: “Yo creo que hoy es domingo. Afirmo mentalmente algunos hechos como que dos más dos son cuatro”.

La fe se basa mucho más en el espíritu y el corazón. La Escritura dice: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9). No me malinterpretes; también tienes que creer con la cabeza, pero la Biblia dice que la salvación viene cuando creemos con el corazón.

Dios le dice a su pueblo a través del profeta Isaías: “Dame tu corazón. Con tu boca me honras, pero tu corazón está lejos de mí” (ver Isaías 29: 13-19).

La respuesta se encuentra en las oraciones y cánticos de David. “Dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti… Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia. A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido… Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Salmos 16:2, 7-8, 11).

Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson.

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