SI TIENES SED

Gary Wilkerson

Al comienzo de su ministerio, Jesús anunció esto acerca de sí mismo: “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz” (Juan 7:37, énfasis añadido). Jesús no hizo tan sólo una declaración; Él alzó la voz. Y Él esperó hasta el día más importante para hacer Su anuncio: “[Él] alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:37-38).

Eso fue mucho más que una declaración teológica; fue un acto de compasión. La religión muerta había consumido al pueblo de Dios. Debería haberlos refrescado, pero los dejó sin vida alguna. Ahora, Jesús anunciaba: “Yo soy para ustedes, su vaso de agua fría, la refrescante fuente de agua que nunca deja de fluir. Ustedes pueden beber de Mí para renovar continuamente sus vidas”.

No se necesita obtener calificaciones para beber de esta asombrosa fuente de aguas. Cristo nos asegura: “¡El que cree en mí, puede venir y beber!” (7:38).

Cuando Jesus dice que “de su interior correrán ríos de agua viva”, Él está mostrándonos cómo serían nuestras vidas con un simple toque de Él. Éste es el toque que refresca como ningún otro, renovando con poder del cielo al alma más hundida, desesperada y agobiada. Su Espíritu nos llena de tal forma que rebozamos de vida abundante, gracia, misericordia y amor.

Sí, amigo mío, Su fluir de vida lo transforma todo.