SEGUROS EN EL AMOR DEL SEÑOR

David Wilkerson (1931-2011)

Muchos cristianos hablan de intimidad con el Señor, acerca de caminar con él, conocerlo, tener comunión con él. Pero no podemos tener una verdadera comunión con Dios a menos que comprendamos en nuestros corazones la revelación completa de su amor, gracia y misericordia.

La comunión con Dios consiste en dos cosas: recibir el amor del Padre y amarlo en retribución. Estar seguros en su amor es el primer paso. Tú puedes pasar horas todos los días orando, diciéndole al Señor cuánto lo amas, pero si no has recibido su amor, no has tenido comunión con él.

El salmista nos alienta: “Entrad por sus puertas [de Dios] con acción de gracias, por sus atrios con alabanza” (Salmos 100:4). Él prosigue a mostrarnos el tipo de Dios al que debemos venir: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones” (versículo 5).

Demasiada gente tiene la impresión de Dios como una figura exigente con un semblante enojado esperando que fallemos para poder decir: “¡Te atrapé!” Pero nuestro Padre celestial se ha revelado a sí mismo como alguien bondadoso, tierno de corazón, lleno de gracia y misericordia, ansioso por levantar todas nuestras preocupaciones y cargas.

El profeta Sofonías escribe sobre el increíble amor de Dios para con nosotros: “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (3:17).

Puedes venir a sus atrios con alabanza y acción de gracias porque estás muy agradecido por quién es Dios. A pesar de todas tus debilidades y fracasos, tu Padre celestial se preocupa por todo lo que estás pasando.

No vivas en miedo y desesperación, con poca o ninguna esperanza. Pídele al Señor que te ayude a comprender la verdad de su amor por ti y aférrate a ese amor por fe.