PIDE, BUSCA Y TOCA EN ORACIÓN

David Wilkerson (1931-2011)

Algunos maestros de la Biblia afirman que estamos andando en incredulidad si le pedimos a Dios lo mismo una y otra vez. ¡Eso es una herejía! Dios nos ordena que pidamos, busquemos, toquemos, clamemos en súplica sincera y eficaz (ver Mateo 7:7-8). Desde el principio, los verdaderos siervos han convertido las promesas de Dios en oraciones:

  • Jesús sabía que su Padre le había prometido todas las cosas antes de la fundación del mundo. Aun así, Cristo pasaba horas orando para que la voluntad de Dios se haga en la tierra. Él hasta contó una parábola ilustrando la persistencia en la oración, acerca de una “viuda inoportuna” que se mantenía exigiendo justicia de un juez hasta que la consiguió (Lucas 18:1-8).
  • Dios le dio maravillosas profecías a Ezequiel acerca de la restauración de Israel, prometiendo que las ruinas de la nación serían como el huerto del Edén. Aun así, el Señor dijo que su palabra no se cumpliría sin oración: “Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto” (Ezequiel 36:37). En otras palabras: “Te hice una promesa, pero quiero que ores para que ésta se lleve a cabo. Búscame con todo tu corazón, hasta que veas mi Palabra cumplida. Yo libraré, pero primero tienes que pedir”.
  • Dios le prometió a Daniel que después de setenta años Israel sería restaurada. Cuando Daniel vio que el año señalado había llegado, él pudo haber esperado en fe para que Dios cumpliera su palabra. En lugar de ello, Daniel cayó sobre su rostro y oró durante dos semanas hasta ver al Señor cumpliendo todo lo que había prometido (Daniel 9:24-27).

En el Antiguo Testamento, el sacerdote de Israel llevaba los nombres de todas las tribus de Israel sobre su pectoral. Esto significaba que las necesidades del pueblo eran llevadas continuamente sobre el corazón del sacerdote en oración. ¡Qué maravilloso cuadro! Esto representa a Cristo llevándonos en su corazón y presentando nuestras necesidades al Padre. Pero también es un cuadro para todo cristiano, un sacerdocio real, llevando las necesidades de los demás en nuestros corazones.