ORANDO CON GOZO

Gary Wilkerson

El apóstol Pablo era una persona valiente. ¿Cómo halló tal confianza y gozo en medio de la dificultad, la incertidumbre y la oposición? ¿Y cómo podemos nosotros encontrar lo mismo en el tiempo en el que estamos viviendo?

En primer lugar, cuando estás sufriendo por el dolor de otros, ¡Dios te traerá gozo! Muchas personas hoy están sufriendo debido a algo: un trabajo perdido, un cónyuge confundido o derrotado, una enfermedad persistente; un ser querido que lucha con la pobreza.

Leemos en Filipenses 1:1: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo”. Pablo estaba diciendo: “Yo soy un esclavo, totalmente entregado. Cristo es mi todo”. Y luego, continúa y se dirige a un grupo más grande: “a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos”.

Me gusta esto porque sólo diez años antes, él había iniciado la iglesia en Filipos con sólo un carcelero, una mujer y una esclava. Ahora la iglesia tenía ancianos, diáconos y obispos. ¡Tenía estructura, orden y vitalidad!

Y luego dice en el versículo 2: “Gracia y paz a vosotros, de Dios”. Aquí nos está marcando el tono en medio de nuestras pruebas para hacernos confiar en la gracia y la paz que proviene de una sola fuente, Dios, el Padre y el Señor Jesucristo.

“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros” (1:3-4).

Me gusta que diga: “Me acuerdo de vosotros”. A veces solo recordamos a algunos, ¿verdad? A veces no queremos orar por nuestros enemigos, aquellos que nos han herido o han abusado de nosotros, gente difícil en la iglesia o en nuestra familia. Pero Pablo dice: “Yo oro por todos ustedes y cada vez que oro, oro con gozo”.