LUCHANDO CONTRA LAS DUDAS PERSISTENTES

David Wilkerson (1931-2011)

Jesús preguntó: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”. Él acababa de contar la historia de una mujer persistente que le pidió a un juez que dictaminara a su favor y le hiciera justicia (ver el relato en Lucas 18:2-8.) Jesús usa a esta mujer como un ejemplo de la clase de fe tenaz y duradera que él está buscando, la que invoca a Dios en tiempos de prueba y confía en que él cumplirá sus promesas. Cristo sabía que una fe tan duradera sería la única que podría sostener a su pueblo en los días venideros.

Jesús aborda este tema cuando habla de aquellos cuya fe perdurará pero “es de corta duración”. En otras palabras, cuando sus oraciones no son respondidas, cuando no se cumplen los plazos para sus solicitudes, caerán en la incredulidad. Su fe no tiene raíces. “No tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo 13:21).

Muy a menudo, cuando las aflicciones comienzan a aparecer en las vidas de tales creyentes, se ofenden. Es posible que hayas oído tal ofensa expresada por los cristianos que han enfrentado graves aflicciones. Han leído la Palabra de Dios, han declarado ciertas promesas y han orado fervientemente, pero su prueba continúa y las dudas persistentes se infiltran.

No te equivoques, Satanás alimenta esas crecientes dudas para que tu pasión por Cristo sea reducida a un parpadeo. El apóstol Pablo exhortó a Timoteo: “Sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 2:3). Él estaba diciendo: "Tú eres un soldado en el ejército del Señor y has sido entrenado para sufrir dificultades en la batalla espiritual”.

“Los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él” (2 Crónicas 16:9). ¡Piénsalo! Dios mira hacia abajo a toda la tierra, buscando diligentemente a ese hombre o mujer de fe que se rinda en total confianza a él.

Cuando te propones en tu corazón mantenerte fuerte para con Dios, Él se mostrará fuerte para contigo y te dará su poder para “guardar la fe”.