La Preocupación de Dios por Ti en los Últimos Días

David Wilkerson (1931-2011)

En Apocalipsis 9 vemos una advertencia que describe una invasión mundial de langostas: “Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra” (Apocalipsis 9:3).

Satanás mismo está detrás de este aterrador enjambre de langostas. Por supuesto, estas langostas no son insectos reales, son hombres poseídos por demonios y controlados por Satanás: “Sus caras eran como caras humanas” (9:7). Las langostas se describen como hombres de guerra: “Tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla” (9:9).

La imagen aquí es de un ejército de atormentadores demoníacos, brincando como caballos ansiosos por luchar. Sus “alas” implican que pueden picar desde el aire y hay un poder mortal en su picadura: “Tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses” (9:10). En resumen, cada uno de estos hombres poseídos por demonios tiene la capacidad de picar, o envenenar, desde el suelo o el aire. Esta no es una alegoría mística, es un ejército real.

Los hombres langosta tienen un tiempo limitado para hacer su trabajo atormentador (ver 9:5), lo cual nos dice dos cosas: (1) Los terroristas no podrán destruir Estados Unidos y (2) necesitamos estar preparados para las calamidades en curso . El mundo entero está envuelto en una nube de miedo y, lamentablemente, se pondrá peor para aquellos que no conocen al Salvador.

El enfoque de Dios en este momento está en su propio pueblo; él esta interesado en su iglesia aquí en la tierra. Su pregunta es: “¿Mi pueblo está teniendo más paz y reposo, incluso cuando la ira de las langostas continúa?” El deseo de Dios para ti es que vivas todos tus días sin miedo. “Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre” (Salmos 5:11).

Aquellos que confían que Dios cumplirá sus promesas, pueden regocijarse y hallar verdadero repososo. 

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