La Gloriosa Voz del Señor

David Wilkerson (1931-2011)

El diablo hace todo lo que está a su alcance para que su voz se escuche en este mundo. En un momento, incluso tuvo la osadía de interrumpir a Jesús mientras el Señor hablaba en la sinagoga: “Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno?... Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!” (Marcos 1:23-25).

Satanás sólo tenía un propósito en mente cuando gritó en voz alta en la voz del hombre y eea inflingir temor a toda la congregación. Él quería que cada persona en el rango del sonido de su voz creyera que él tenía poder y autoridad.

Pedro advierte a los creyentes que Satanás vendrá a ellos levantando la voz, tratando de provocar temor: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Si Satanás está dando a conocer su voz en estos últimos días, mostrando su poder a las masas de almas perdidas, ¿cuánto más importante es que el pueblo de Dios conozca la voz de su Padre? No pienses por un momento que el Señor se sentará y permanecerá en silencio mientras Satanás ruge. Isaías dijo: “Jehová hará oír su potente voz” (Isaías 30:30).

Desde el Génesis en adelante hasta el Nuevo Testamento, Dios dio a conocer su voz a su pueblo. Jesús usó el ejemplo del buen pastor: “Las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca… va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán” (Juan 10:3-5).

Durante tu tiempo de oración, quizás te preguntas: “¿Cómo puedo distinguir la voz de Dios? ¿Cómo puedo estar seguro de que Dios está hablando?” Un factor clave es no depender de la voz de otra persona, sin importar cuánto admires sus enseñanzas. Vé directamente al Señor y ten comunión con él. En su presencia, encerrado a solas con él, lo conocerás: su fragancia, sus caminos, su corazón. ¡Y aprenderás a conocer su dulce voz!