La Evidencia de un Avivamiento

David Wilkerson (1931-2011)

Se habla mucho de avivamiento en estos días, con diferentes opiniones sobre cómo debería ser. La primera evidencia de un verdadero avivamiento es un gran deseo oír y obedecer la Palabra de Dios. En los días de Nehemías, el pueblo le expresó a Esdras, un sacerdote y escriba, su deseo de que se les leyera el libro de la ley de Moisés. “Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo… y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento” (Nehemías 8:5).

El clamor de sus corazones era: “¡Tráenos la verdadera Palabra del Señor!” Esdras se puso en pie en un púlpito de madera elevado y leyó la Palabra de Dios durante seis horas mientras la multitud se mantenía atenta y oía. Hoy muchos cristianos se aburren en la iglesia y quieren escuchar sermones cortos. Por otro lado, hay quienes están hambrientos de la Palabra y anhelan oír sermones inspirados por el Espíritu Santo.

Otra evidencia de avivamiento es el verdadero arrepentimiento. El pueblo en los días de Nehemías se regocijó y alabó al Señor al leer la Palabra. Luego se inclinaron y adoraron: “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra” (8:6). El pueblo, temblando ante la Palabra de Dios, la tomó en serio y se arrepintió.

Cuando llega el avivamiento, hay un increíble espíritu de gozo y celebración. “Y todo el pueblo se fue a comer y a beber… y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado” (8:12). Dondequiera que se haya restaurado el amor hacia la Palabra de Dios y haya habido arrepentimiento, siempre surgirá una ola de verdadero gozo y celebración.

La evidencia final del avivamiento es la separación absoluta del mundo. “Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros” (9:2). Dondequiera que haya restauración bíblica, habrá una conciencia cada vez mayor del llamado del Señor a separarse de todo lo que es mundano y sensual.

Dios está levantando un remanente formado por aquellos que desean un avivamiento que hace a los creyentes conformes a la imagen de Jesucristo. ¡Qué momento tan emocionante para estar vivo en el cuerpo de Cristo!