LA BATALLA ES ACERCA DE LA FE

David Wilkerson

La amenaza del diablo contra la iglesia hoy va más allá de la inundación de suciedad que está siendo derramada sobre la tierra. Va más allá del materialismo, adicciones o seducciones intensas. Nuestra batalla es una de fe. Mientras más dispones tu corazón para buscar a Jesús, más feroz se hace el ataque de Satanás contra tu fe.

En los últimos meses, he escuchado confesiones de santos piadosos que hablan de horribles ataques en sus mentes. Están plagados por dardos de dudas y persistentes preguntas acerca de la fidelidad de Dios. Muchos tan solo avanzan cojeando, con su fe vacilante, pensando: “No sé si que pueda seguir.”

Había una carta de una querida mujer de 81 años quien escribió: “Mi esposo sufre de cáncer óseo, nuestro hijo se está muriendo de SIDA, y yo me estoy debilitando lentamente con la diabetes”. Mientras leía todo lo que esta familia está soportando, sacudía la cabeza, pensando: “¿Cómo podría mantener su gozo? Esto es más de lo que cualquiera puede soportar. Seguro que Dios será menos exigente con ella acerca de su fe.”

Luego leí el último párrafo de su carta: “A pesar de todo, Dios es fiel. Él no ha fallado ni una vez en nada de lo que nos ha prometido. Hemos entregado a nuestro hijo en las manos de Jesús. Y ahora estamos esperando el día cuando veremos a nuestro bendito Señor cara a cara.”

Si, la batalla es acerca de la fe. Vemos esto ilustrado en Marcos 8, cuando Jesús acababa de alimentar a 4,000 personas con siete panes y unos cuantos peces. Mas tarde, entró a un barco con sus discípulos y zarparon al otro lado.

“[Los discípulos] habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?” (Marcos 8:14-21).