JESUS NUNCA LLEGA TARDE

David Wilkerson

La paciencia piadosa es la voluntad de esperar el tiempo de Dios. Hay tal cosa como el tiempo del Espíritu Santo. “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Hebreos 10:37). Este versículo se refiere a más que la Segunda Venida de Cristo; también se refiere a la venida de Cristo para satisfacer nuestras necesidades.

No existe tal cosa como que Dios llegue tarde. María y Marta habían pensado que Jesús se había retrasado cuando su hermano Lázaro murió. Ellos le dijeron: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21). En otras palabras: “Jesús, ¡llegaste demasiado tarde! Te perdiste el plazo”.

¡Imagínate cuánto debe haber herido a Jesús esta reprensión! Pero Él les contestó, en esencia: “No, Yo no he llegado tarde. Lázaro se levantará de nuevo. Estoy aquí, y Yo soy la resurrección. Toda la vida está en Mí”.

La casa de Jairo, un principal en la sinagoga, pensó que Jesús había llegado demasiado tarde. A este prominente hombre se le dijo: “Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?” (Marcos 5:35). Una vez más, el mensaje era: “Jesús llegó demasiado tarde. ¡Se acabó! Él no respondió a tiempo y nos decepcionó”. Pero, como sabemos, Jesús tomó a la niña de la mano y la resucitó de los muertos (5:41-42).

¿Demasiado tarde? No hay tal cosa para con nuestro Señor. ¡Puedes ver en estos dos casos que Jesús llegó justo a tiempo! Tú puedes ser tentado a dejar la lucha y hundirte en la desesperación, pero nuestro Padre está tan lleno de amor por Sus hijos que no puede ser impedido de obtener algo de la nada.