JESÚS SE DELEITA EN NUESTRA CONFIANZA

David Wilkerson (1931-2011)

Nuestro Señor tiene un problema casi insuperable de comunicarse con aquellos que dicen amarlo así. Entramos por sus puertas con acción de gracias y entramos por sus atrios con alabanza. Lo alabamos con instrumentos, con canciones, con manos en alto, con lágrimas y hosannas ruidosos, pero sigue siendo una comunicación de una sola vía.

Nos apresuramos a entrar en su presencia al lugar secreto con adoración y peticiones, y luego salimos de prisa. ¿Cuántas veces ha estado él listo y ansioso por abrir su corazón y hablar, pero he aquí que no había nadie allí?

Inmediatamente después de su resurrección, Jesús se apareció a dos discípulos en el Camino a Emaús. Ellos se lamentaban por el Señor fallecido y en su pena no lo reconocieron como su Mesías. Mientras discutían entre ellos, Jesús quería hablar porque tenía mucho que compartir con ellos. Finalmente, no pudo contenerse más: “Comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:27).

¡No podría haber habido una mejor experiencia para esos discípulos! Habían escuchado su voz y se fueron diciendo: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” (24:32). Esos dos hombres compartieron un gran gozo, pero ¿qué pasa con el gozo de Jesús? ¡Él estaba satisfecho porque se había tomado algunas horas sólo para hablar! En su forma glorificada, había experimentado su primera comunión de dos vías; su corazón solitario había sido tocado y su necesidad había sido satisfecha.

Creemos que Jesús obtiene suficiente placer de lo que hacemos por él, pero hay mucho más. Nuestro Señor responde a nuestra fe; él le habla al Padre acerca de nosotros; él se deleita en nuestra confianza y le complace darnos reposo y paz. Estoy convencido de que su mayor necesidad es tener una comunicación personal uno a uno con los que dejó aquí en la tierra.

Cuando te quedas solo con el Señor y derramas tu corazón delante de él, asegúrate de tomar tiempo para escuchar también.