Hallados en el Favor de Dios

Gary Wilkerson

“El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo” (Lucas 1:26-28).

El ángel hizo un anuncio increíble: “María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo” (1:30-32).

María era una muchacha sencilla de un pueblo escondido. Viviendo en una cultura dominada por los hombres, tenía pocas expectativas en la vida más allá de convertirse en una buena esposa y madre. Así que imagina lo extraño que debe haber sido este encuentro para ella. El ángel le dijo que había encontrado el favor de Dios, sin embargo, muy poco en su vida reflejaba algún favor. ¡Eso, sin embargo, estaba a punto de cambiar!

Muchos de nosotros somos como María. Nos gustaría ver nuestras circunstancias transformadas: Un niño problemático que encuentra propósito en Cristo, un matrimonio tenso restaurado a su gozo inicial. También nos gustaría ver una realidad espiritual diferente en el mundo que nos rodea. Cuando María comenzó a comprender la magnitud de la promesa que Dios le había hecho, cantó una canción de gratitud y alabanza: “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones” (1:46:48).

La visitación del ángel no fue un evento emocional de una ocasión para María. No, fue una realidad vinculante y su vida cambió para siempre. Del mismo modo, cuando encuentras el favor de Dios, no se trata sólo de un cambio emocional. Dios hace nacer algo nuevo en tu vida, cambia completamente tu curso y despierta un cántico nuevo dentro de tu alma.

Hoy, tú puedes pensar que Dios no se encuentra en ninguna parte, ¡pero su favor está contigo! Él está concibiendo algo nuevo, transformando tu prueba en su gloria. Él tiene su mano sobre ti, así que confía en él con tu corazón, tu familia, tu situación, y verás su gloria.

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