FLORECIENDO EN TODA CIRCUNSTANCIA

Gary Wilkerson

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4).

“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (4:11-13).

En esta carta a los filipenses, Pablo, este robusto guerrero de la cruz, que pasó por todo tipo de dificultades, pudo hablarle al cuerpo de creyentes a quienes él amaba profundamente y decirles: “¡Hermanos y hermanas, quiero que sean capaces de regocijarse en el Señor de la misma manera en la que yo me regocijo en el Señor!”

Con su ejemplo, Pablo demostró que sabía cómo florecer en cualquier circunstancia porque había aprendido el secreto de confiar en el Señor, incluso regocijarse, independientemente de sus circunstancias. Curiosamente, Pablo les escribe desde una prisión en Roma. Era más que una prisión, en realidad; era una mazmorra, una cueva, tan húmeda que la condensación se acumulaba en el suelo y cuando Pablo se acostaba a dormir por la noche, había agua en su rostro y cuerpo. Tales condiciones horribles podrían haberlo enojado, pero el Espíritu Santo había obrado tal gentileza en el carácter de este hombre que le hizo dar gracias en toda situación. Incluso cuando las batallas se embravecían a su alrededor, él se regocijaba en la bondad de su Señor.

¿Trabajas en un ambiente estresante, entre personas con actitudes mezquinas? La situación en tu familia puede ser difícil, llena de conflictos e ira; e incluso tu vecindario puede estar en crisis. Pablo nos está instruyendo sobre cómo reaccionar frente a las cosas que no podemos arreglar; de hecho, él estaba tan seguro de su mensaje que él lo repitió: “¡Regocíjense! ¡Mantengan sus corazones enfocados en el Señor y regocíjense!”