Esperanza Para las Heridas del Pasado

Gary Wilkerson

Muchas personas necesitan restauración después de un desamor y un quebrantamiento de toda una vida. Cuando las heridas son profundas, algunos tratan de reprimir el dolor, sin permitir que sus emociones afloren porque son demasiado dolorosas para afrontarlas. Incluso los cristianos entierran sus luchas y se esconden detrás del estudio bíblico o servicio, esforzándose a pesar de su dolor.

Jesús no le prometió a nadie una vida sin dolor, pero sí promete que podemos ser restaurados a una vida abundante. Juan nos dice: “El Espíritu que vive en ustedes es más poderoso que el espíritu que vive en el mundo” (1 Juan 4:4, NTV). Se nos ha dado autoridad por el Espíritu Santo que vive dentro de nosotros y debemos invocar esa autoridad al enfrentar a nuestros enemigos.

Para cualquier hermano o hermana herido que esté leyendo esto, la Biblia menciona un mandamiento más que cualquier otro: “No teman”. ¿Por qué Dios diría esto más que “No pequen” o "Ámense los unos a los otros"? Debe ser porque Dios sabe que tendremos eventos terribles en nuestras vidas que pueden hacernos querer retroceder.

Ya sabemos que se nos ha dado autoridad sobrenatural para permanecer en la lucha. Jesús nos asegura: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Si eliges apagar el dolor, también apagas la posibilidad de recibir el amor para sanar ese dolor. Amigo, nuestra esperanza no está en nuestras experiencias pasadas sino en el futuro que Jesús nos ha preparado. “Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza” (Salmos 62:5).

El amor del Señor es incondicional: “El amor es sufrido, es benigno… paciente y bondadoso. El amor… no guarda rencor… Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13 4-7). Toda persona herida debe aplicar este amor incondicional hacia sí misma. Después de todo, esto describe el amor de Dios por ti. Todos los que comprenden este amor de Dios no necesitarán una validación externa.

El amor incondicional revela esta verdad: “Tú estás creciendo. Estás siendo ensanchado. Este desafío te está llamando a nuevas alturas porque el fundamento misericordioso, bondadoso y sanador que Jesús ha puesto debajo de ti es sólido”.

Enfrentarás desafíos, pero tu Padre ha puesto poder dentro de ti para vencerlos todos. Mantente en la lucha, permanece en comunidad y descubre su vida abundante llenándote día tras día.