ESCAPANDO DE LAS GARRAS DE LA SOLEDAD

Nicky Cruz

¿Puede un cristiano realmente estar solo? El destacado evangelista Billy Graham dijo una vez que, a través de sus muchos años de contacto con personas de todo el mundo, en su opinión, la soledad es el mayor problema que enfrenta la humanidad. Teóricamente, nunca debemos sentirnos solos porque Jesucristo, el amigo sobre todo de los amigos, dijo: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5). Él vive dentro de nosotros y tenemos recursos para aprovechar, de los cuales los inconversos no tienen idea.

Segundo, tenemos una identidad familiar, ya que hemos "nacido de nuevo" en la familia de Dios y somos sus hijos con hermanos y hermanas en Cristo. Sin embargo, los cristianos luchan con el hecho de sentirse solos. En mi propia búsqueda para escapar de la soledad, he adquirido algunas reglas básicas importantes en las que trabajo continuamente:

  1. En lugar de buscar personas en las que puedas confiar, enfócate enteramente en Dios, quien es el único digno de confianza. Al hacerlo, dejas de esperar más de los seres humanos de lo que pueden proporcionar.
  2. Tómate el tiempo diariamente para estar a solas con Dios, sin importar las presiones o los horarios. Ora por cada problema, ya sea grande o pequeño. La Biblia dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios con toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
  3. Aprende a decir no. Si tienes una tendencia a ser un "trabajólico" (lo que significa que tu único placer en la vida es tu trabajo), admítelo y comienza a tratar con ello. Deshazte de actividades no esenciales que roban tu tiempo con Dios, tiempo con la familia, participación en la iglesia y recreación necesaria.
  4. En lugar de permanecer constantemente en tus propios problemas, extiéndete hacia otra persona con una simple amistad. Podrías recibir algo mucho más grande que lo que das.

Aunque, aun así, te sigas sintiendo solo, Jesús es la fuente de todo lo que necesitas.

Nicky Cruz, evangelista internacionalmente conocido y prolífico autor, se volvió a Jesucristo de una vida de violencia y crimen después de encontrarse con David Wilkerson en la ciudad de Nueva York en 1958 La historia de su dramática conversión fue contada por primera vez en el libro “La Cruz y el Puñal” escrito por David Wilkerson y más tarde en su propio best seller “Corre, Nicky, Corre”.