EN LA BATALLA

David Wilkerson (1931-2011)

Supongamos que un entrenador de boxeo lleva a su luchador a un campo de entrenamiento aislado y pasa toda la sesión de entrenamiento preparándolo psicológicamente para la gran pelea.

“¡No te preocupes! Yo estaré contigo en todo momento. Aquí tienes una lista de los grandes boxeadores del pasado. Sólo estudia todos sus movimientos y no tendrás que pasar por los duros entrenamientos. ¡Eres un ganador y si sigues mis instrucciones y memorizas los diagramas que he preparado para ti, podrás subir al ring y vencer a cualquiera que se enfrente contra ti!”

¡Cuán absurdo suena eso! ¿Qué clase de entrenador haría tal cosa? Pero muchos cristianos, que se llaman a sí mismos guerreros, nunca fueron probados o capacitados. La triste verdad es que nunca han estado en la batalla y no están preparados para pelear.

¿Por qué hay tantos verdaderos creyentes atravesando tiempos tan duros? Dios sabe que Satanás será desatado en la tierra para su última hora de batalla. Y el Señor va a necesitar guerreros bien entrenados que prevalecerán sobre todos los poderes del infierno.

Estos santos, profundamente probados, se están convirtiendo en los capitanes del ejército de los últimos días. El tipo de entrenamiento que ellos necesitan, requiere tanto de disciplina espiritual, como física. Jacob lanzó todo su cuerpo a la batalla, toda su capacidad humana. Un espíritu combatiente se había levantado dentro de él y la Escritura dice: “Con su poder venció al ángel” (Oseas 12:3).

Este versículo tiene un gran significado para todos los que quieren prevalecer en la oración. ¡Dice que Jacob ganó la batalla “con su poder” (con su fuerza)! Querido santo, si vas a prevalecer en estos últimos días, vas a tener que poner toda tu fuerza en la batalla. Dios quiere levantar un pueblo que esté consumido con el hecho de ser usado por él para ayudar a otros.