Para muchas personas es difícil pensar en Dios como un Padre amoroso. No pueden evitar ver a Dios a través de los ojos de experiencias pasadas con un padre o un padrastro impío. Todo es muy triste. Pero escucha cómo Dios se describió a sí mismo ante Moisés: “¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado” (Éxodo 34:6-7).
Cuando estamos en medio de nuestras muchas pruebas, tendemos a olvidar lo que Dios ha dicho sobre su propia naturaleza. Sin embargo, si sólo le creyéramos en esos momentos, ¡tendríamos tanta seguridad en nuestras almas! De principio a fin, la Biblia nos habla como la voz de Dios, revelando cuán tierno y amoroso es él.
- Él es pronto para perdonar. “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en minsericordia para con todos los que te invocan” (Salmos 86:5).
- Él es paciente con nosotros, lleno de ternura y misericordia. “Muchas son tus misericordias, oh Johová” (Salmos 119:156).
- Él es lento para la ira. “Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia” (Salmos 145:8). “Convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo” (Joel 2:13).
Cuando vayas a adorar al Señor en oración, ¡ten mucho cuidado con el tipo de imagen de Dios que llevas a su presencia! ¡Debes estar completamente convencido de que él te ama y de que él es todo lo que dice que es! Por supuesto, Dios tiene un amor general por la humanidad que puede ser aceptado por cualquiera que venga a él arrepentido. ¡Pero también hay en el corazón de Dios otro tipo de amor, un amor especial por sus hijos!
“Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo” (Salmos 100:2). ¡Dios quiere que confíes tanto en su amor por ti que serás un testimonio de alegría y buen ánimo!