El Señor de la Mies

David Wilkerson (1931-2011)

Mientras Jesús miraba hacia el fin de los tiempos, señaló un problema terrible. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos” (Mateo 9:37).

Al leer estas palabras, me pregunto: "¿Cuál es la solución? ¿Cómo se pueden levantar más obreros para ir a las naciones?" Jesús dio la respuesta en el siguiente versículo: Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:38). Tú pensarás: "En todo el mundo, las puertas se están cerrando". Eso puede ser cierto, pero no importa cuán cerradas puedan parecer algunas naciones a nuestros ojos. Si Dios puede derribar la Cortina de Hierro en Europa y la Cortina de Bambú en Asia, nada podrá impedirle obrar donde él quiera.

El apóstol Pablo fue enviado como misionero a través del poder de la oración. Sucedió en Antioquía, donde los líderes de la iglesia estaban orando por la cosecha (ver Hechos 13:1-5). El primer viaje misionero de Pablo surgió de una reunión de oración. Fue el resultado directo de hombres piadosos obedeciendo las palabras de Jesús de orar para que Dios enviara obreros a la mies.

En la década de 1980, cuando nuestro ministerio tenía su sede en Texas, pasé un año orando para que Dios enviara a alguien a la ciudad de Nueva York para levantar una iglesia en Times Square. Prometí ayudar a quien Dios eligiera, a recaudar dinero, a tener reuniones, a obtener apoyo. Mientras oraba para que Dios enviara un obrero a esta cosecha específica, el Señor puso la carga sobre mí y el resultado fue la Iglesia Times Square.

Lo mismo es cierto hoy. Debemos dedicarnos al trabajo de orar por la cosecha. Mientras oramos, el Espíritu Santo está escudriñando la tierra, poniendo una urgencia en los corazones de aquellos que desean ser usados ​​por el Señor. Él está tocando a personas en todas partes, apartándolas para su servicio.

Mientras le pedimos a Dios que envíe obreros, el Espíritu Santo está moviendo a alguien en algún lugar; y no importa dónde tenga lugar. La poderosa verdad es que nuestras oraciones están siendo utilizadas para enviar obreros a la mies.