EL PELIGRO DE LA MUNDANALIDAD

David Wilkerson (1931-2011)

Muchas voces en la iglesia de hoy dicen que los cristianos deben mostrar un nuevo tipo de amor. Están hablando de un amor en el que la verdad bíblica debe torcerse según los tiempos. De acuerdo con su evangelio, no se necesitan cambios personales cuando uno acepta a Cristo. De hecho, no se necesita arrepentimiento. Más bien, el objetivo de presentar este evangelio es simplemente derribar cualquier barrera que pueda considerarse un obstáculo para la aceptación de Cristo por parte de una persona.

¿Es posible que nosotros, como cristianos, hayamos permitido que la plenitud de la luz de Cristo se oscurezca parcialmente? Jesús advirtió sobre el peligro de permitir que nuestra luz se convierta en oscuridad. “Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va” (Juan 12:35). Según Jesús, cualquier deseo de aceptación mundana hace que nuestra luz se oscurezca.

Tú puedes encontrar fácilmente la aceptación en el mundo. La gente te llamará amigo, te admirará e incluso amará la clase de evangelio que predicas. ¿Cómo? Sucede cuando permites que los caminos del mundo se filtren en tu alma. Puedes deshacerte del oprobio de Cristo, convenciéndote a ti mismo de que puedes mezclarte con la oscuridad y seguir siendo una luz para el mundo. ¡Pero esto no funciona!

En la última cena, Cristo les dijo a sus discípulos: “Un mandamiento nuevo os doy” (Juan 13:34). Este nuevo mandamiento no fue sobre los métodos de evangelización. Él ya les había dicho que debían ir a todo el mundo predicando el evangelio y les había asegurado que necesitarían la ayuda del Espíritu Santo para cumplir ese mandato. Entonces, ¿qué era este nuevo mandamiento? Jesús les dijo: “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (13:34).

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (13:35). Nuestro amor unos a otros en la iglesia debe ser demostrado en nuestras obras; Sólo el amor en acción atraerá la atención de una generación perdida. Te animo a que le pidas al Señor un bautismo de amor para que puedas ministrar a tus hermanos y hermanas cristianos; y también para traer a otros a él.