Amado, es importante que te des cuenta de que los demás están mirando tu vida y están siendo influidos por tu comportamiento. Entonces, pregunto, ¿cómo te estás comportando? ¿Están siendo tus hijos establecidos en Cristo mientras observan tu caminar? ¿Los cristianos menos maduros están siendo inspirados para conocer más a Jesús, debido a tu testimonio? ¿Los pecadores se sienten atraídos por Jesús debido a tus amorosas respuestas? Cuando enfrentas desafíos en tu diario caminar, ¿te apresuras a ceder al Espíritu Santo? ¿O te quejas y culpas; y finalmente te vuelves frío hacia tu Padre celestial?
Todas tus pruebas están diseñadas para lanzarte a los brazos de Jesús, produciendo en ti el dulce aroma de la confianza y la fe en tu Señor. Tenemos una tendencia a olvidar todas las cosas buenas que Dios ha hecho por nosotros, por lo que es bueno recordar las victorias pasadas y la intervención divina. O podríamos pensar que el último desafío es demasiado severo, y decir: “Oh, Dios, esta vez es demasiado para mí”. Y Dios responde: “Simplemente mira atrás y acuérdate de mí”. Esto es lo que hizo David antes de salir y derrotar al gigante filisteo.
“Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo” (1 Samuel 17:37).
En otra ocasión, David dijo: “[El Señor] me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí. Jehová me ha premiado conforme a mi justicia” (Salmos 18:19-20).
Si alguna vez sientes que Dios te está castigando, puedes estar seguro de que es porque él se deleita en ti y tiene un plan en funcionamiento. “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).