¿Por qué esperó Dios hasta que Abraham y Sara envejecieran para darles un hijo? ¿Por qué esperó hasta que la situación se volviera humanamente imposible y sólo la fe absoluta en él pudiera llevar a cabo la promesa? Fue porque esta semilla debía nacer completamente en la fe.
Abraham y Sara conocían la asombrosa promesa de Dios de darles un hijo, pero su fe aún no estaba madura. Sara se impacientó e ideó un plan y Abraham lo aceptó. Ismael nació y si bien era cierto que él era de la simiente de Abraham, él no era el heredero prometido. En un giro de la naturaleza humana, Sara luego se enfureció contra su esposo con celos y lo culpó. Ambos trataban de hacer realidad la promesa de Dios por sus propios esfuerzos (ver Génesis 16:1-15).
Quizás te preguntes por qué tu promesa aún no se ha cumplido. Estás tratando de descubrir cómo satisfará Dios tu necesidad, quedando totalmente atascado, enfocándote en los obstáculos en lugar de enfocarte en las posibilidades.
A Abraham y Sara se les dio su hijo milagroso, pero no hasta que estuvieron plenamente convencidos de que Dios cumpliría su promesa a su manera y en su tiempo. Sabemos que ellos se hicieron fuertes en su fe, pero sólo después de haber dudado; e Ismael fue una señal de ese lapso en la fe. Más tarde, sin embargo, se dijo de Abraham: “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido” (Romanos 4:20-21).
Amado, cualquier duda que tengas viene de la incredulidad; no trates de resolver las cosas o debatir los problemas dentro de ti. Tener fe significa que has resuelto todos tus argumentos y estás plenamente convencido de que Dios cumplirá su Palabra. ¡Él quiere hacer lo imposible porque cuanto más imposible es la situación, mayor gloria él recibe!