Solo por Fe

David Wilkerson (1931-2011)

El perdón de Dios sólo puede obtenerse por fe. No podemos razonarlo. El regalo de Cristo para nosotros de su sangre expiatoria es tan profundo, tan lleno de gracia, tan misterioso, que está mucho más allá de cualquier capacidad humana de comprensión. Podemos ver la ley claramente aplicada a nuestro pecado. Podemos sentir condenación, miedo y culpa por nuestras ofensas, pero nuestro Padre celestial siempre está amorosamente a nuestro lado, listo para perdonar.

La sangre de Cristo, el amor del Padre, el deseo del Señor de perdonar: todas estas bendiciones se conocen solo por fe. “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá” (Gálatas 3:11).

Tal vez te preguntes: “¿Cuántas veces me perdonará el Señor por caer en el mismo pecado una y otra vez?” Ten la seguridad de que su increíble perdón es ilimitado. Cada vez que pecas, puedes ir a Jesús y encontrar liberación. Sin embargo, el perdón del Señor no es imprudente ni ciego. Sin duda, nuestro Padre celestial nos perdona; pero en cierto punto, nos castiga para que no sigamos pecando. “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:6). Él nos dice: “Mi perdón es interminable, pero mientras estés en la tierra, experimentarás las consecuencias del pecado”. Él nos recuerda que el pecado nos separa de la intimidad con él y unos con otros, y nos mantiene en un ciclo de fracaso y desesperación. El deseo más profundo de nuestro Señor es sacarnos de ese ciclo para siempre a un lugar de fortaleza y regocijo en él.

Los seguidores de Jesús le dijeron un día: “Auméntanos la fe” (ver Lucas 17:5). Él respondió: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería” (Lucas 17:6). Su ilustración les mostró que cuando daban un paso adelante con el más mínimo grano de fe, ¡él respondía con vigor!

Date la oportunidad de caminar en el gozo y la gracia del Señor. ¡Por fe, acepta su perdón, toma su mano y vive la vida nueva que te espera!