Siendo Honestos con Dios – Parte 2

David Wilkerson (1931-2011)

Lamentablemente, un gran número de cristianos no conocen la voz de Dios. Algunos pueden pasar meses, incluso años, sin recibir nunca una palabra íntima del Señor en su hombre interior. ¡Oh!, Dios les habló una vez; pero con los años, han aprendido a silenciar su voz en sus corazones. Otros se han desanimado ante tanta tontería entre los que creen que cada palabra que les viene a la mente es divina. Tales personas se jactan, “Dios me dijo”; ¡sin embargo, la 'palabra' que oyen es solo su codiciosa carne que se hace audible!

Si quieres conocer y oír la voz de Dios, prepárate para que él hable de limpieza antes de que hable de dirección. Muchos cristianos quieren que Dios les diga cómo retener lo que han ganado, cómo proveer para su familia, cómo mantener a flote su negocio o carrera. Sin embargo, la verdad es que antes de que Dios nos dé una palabra de dirección en cualquiera de estos asuntos, él nos hablará acerca de sus mandamientos.

“Esto os mando: Que os améis unos a otros” (Juan 15:17). Dios te hablará primero de tus acciones en casa con tu cónyuge e hijos, de tu mal genio, de tus rencores, de tu espíritu implacable. Él señalará cada cosa oculta y secreta en tu vida; y amorosamente te dirá: “Quiero ser tu consejero, tu guía, tu protector, tu proveedor. Quiero caminar contigo a través de cada prueba y dificultad. Quiero favorecerte, bendecirte y guardarte con mi Espíritu. Pero primero, debes ser honesto conmigo acerca de los ídolos escondidos en tu corazón. En este momento, te estás aferrando a ellos, ¡pero debes renunciar a ellos! Simplemente no podemos caminar juntos a menos que estemos de acuerdo en estos asuntos de su corazón”.

“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría” (Salmos 51:6). La honestidad y la transparencia ante Dios es el primer paso hacia la paz, la armonía y la bendición.