La Revelación del Amor de Dios

David Wilkerson (1931-2011)

Una vez en particular, fui movido por el Espíritu Santo; y me condujo a este pasaje: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Judas 1:20-21). Mientras leía, oí al Espíritu susurrar: "David, tú nunca has entrado en la plenitud y el gozo de mi amor".

La Biblia está llena de la verdad del amor de Dios, pero a veces me pregunto cómo pudo amarme el Señor. Es un fracaso de mi parte perderme del conocimiento y la seguridad de su amor.

La revelación del amor de Dios llega en parte cuando nacemos de nuevo. Si le preguntaras a la mayoría de los cristianos qué saben sobre el amor de Dios por ellos, responderían: "Sé que Dios dio a su Hijo para que muriera por mí". Sin embargo, pocos cristianos aprenden a mantenerse en el amor de Dios. Sabemos algo de nuestro amor por el Señor; pero si le pidieras a la mayoría de los cristianos que encontraran pasajes bíblicos sobre el amor de Dios por nosotros, sólo podrían señalar algunos.

Multitudes se vuelven espiritualmente frías y ociosas porque ignoran el amor del Señor por ellas. No saben que su mayor arma contra los ataques de Satanás es estar completamente convencidos del amor de Dios por ellos, a través de la revelación del Espíritu Santo.

En su oración final en la tierra, Jesús dijo: “Padre… quiero que… ellos… vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo… les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos” (Juan 17:24, 26).

La implicación aquí es que cuando el Padre amó a Jesús antes de la eternidad, también nos amó a nosotros. “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Efesios 1:4).

¿Cuánto tiempo te ha amado Dios? Él te ha amado desde que existe porque Dios es amor. Es su propia naturaleza. Te amó cuando eras un pecador. Te amó en el vientre. Él te amó antes de que comenzara el mundo. Su amor por ti no tuvo comienzo y no tiene fin.