Recordando la Obra del Señor

David Wilkerson (1931-2011)

¡Qué rápido olvidamos las grandes liberaciones de Dios en nuestras vidas! ¡Con qué facilidad damos por sentado los milagros que él realizó en nuestras vidas! La Biblia nos dice una y otra vez: “Acuérdate de tus liberaciones”.

Somos tan parecidos a los discípulos. Ellos no entendieron los milagros de Cristo cuando él alimentó sobrenaturalmente a miles con solo unos pocos panes y peces. Jesús hizo este milagro dos veces, alimentando a 5000 personas una vez y 4000 la siguiente. Unos días después, Jesús estaba advirtiendo a los discípulos acerca de la levadura de los fariseos. Ellos pensaron que dijo esto porque ellos se habían olvidado de traer pan para el viaje. Cristo les respondió: “¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis?” (Mateo 16:9-10).

Según Marcos, Cristo estaba abrumado por la rapidez con que sus discípulos habían olvidado. Jesús dijo: “¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?” (Marcos 8:17-18).

¿Qué nos dicen estos pasajes? Está claro que ninguno de los discípulos se detuvo a considerar lo que estaba sucediendo mientras ocurrían esas alimentaciones milagrosas. Trata de imaginar a estos hombres caminando entre la multitud cargando sus canastas, repartiendo panes y peces que se multiplicaron milagrosamente ante sus ojos. Uno pensaría que esos discípulos habrían caído de rodillas llorando: “¿Cómo es esto posible? Es simplemente increíble. Está totalmente más allá de la explicación humana. ¡Oh, Jesús, verdaderamente eres el Señor!”. Los imagino instando a las personas a las que servían: “Toma, deléitate con comida milagrosa. Jesús la ha provisto”.

Los discípulos vieron estos milagros con sus propios ojos, pero de alguna manera no registraron el significado. De la misma manera, tú y yo olvidamos los milagros de Dios en nuestras vidas. Las liberaciones de ayer se olvidan rápidamente en medio de las crisis de hoy. Sin embargo, considera la exhortación de Moisés a Israel después del milagro del Mar Rojo: “Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto… pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte” (Éxodo 13:3).

Unámonos al salmista al decir: “Me acordaré de las obras de JAH; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos” (Salmos 77:11-12).