Ni Nuestro Batido ni Nuestras Papas Fritas

Tim Dilena

Hace unos años, conducía con mi hija más pequeña. Éramos solo ella y yo; y cuando estás con papá, a veces haces cosas que a mamá no le gustarían, así que ella me pregunta: "¿Me traerías papas fritas y un batido de vainilla de McDonald's?".

“Claro,” dije. "Es solo una vez". Le di las papas fritas, y ella estaba sentada en la parte de atrás; y ese olor es irresistible, así que dije: "Oye, ¿puedo comer algunas de esas papas fritas?"

"Absolutamente no”.

Le dije: “Solo dame una papa frita. Solo una”.

Nada. Finalmente, detuve el auto. "¿Sabes por qué tienes esas papas fritas? Déjame ayudarte. Me levanto todas las mañanas a las 5:00 A.M. para orar y recibir una palabra de parte de Dios para poder presentarme ante la iglesia, predicar con todo mi corazón, luego aconsejo a la gente a lo largo de la semana. Cuando llega el viernes, me dan un cheque de pago. Con ese cheque de pago, me aseguro de que tengas tus cereales para que no te mueras de hambre. Me aseguro de pagar la factura de la electricidad para que no estés sentada en la oscuridad. Yo pago las facturas de la calefacción para que no te congeles”.

Dije: “Luego, con el dinero que sobra, voy al autoservicio para que puedas tener un batido de vainilla y papas fritas. Yo solo quiero una papa frita”. A veces nos olvidamos de todo lo que Dios ha hecho y ni siquiera lo alabamos. Nos sentamos allí con nuestro batido y papas fritas mientras cantamos con todo nuestro corazón, pensando: “Yo compré esto".

Nosotros no hemos comprado nada. Dios nos lo dio. A veces necesitamos reconocer que Dios está obrando por nosotros y que merece alabanza. Como escribió Pablo: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:16-17).

Siempre hay algo por lo que alabar a Dios. Siempre hay algo que levantar cuando alzas las manos en adoración. Todo lo que Dios quiere que hagas es decir ‘gracias`. Esta es la posición que todos debemos asumir a lo largo de la vida, decir: “Dios, gracias por lo que estás haciendo. Gracias”.

Después de pastorear una congregación en el interior de Detroit durante 30 años, el pastor Tim sirvió en el Tabernáculo de Brooklyn en la ciudad de Nueva York por cinco años; y pastoreó en Lafayette, Luisiana por cinco años. Él fue nombrado pastor principal de la Iglesia Times Square en mayo de 2020.