Los Temores Buenos y Malos

Keith Holloway

A un joven le dieron trabajo en el zoológico local y un día el cuidador del zoológico se le acercó y le dijo: “Necesito que vayas a limpiar la jaula del león”.

El joven miró al cuidador del zoológico y dijo: “No, señor”.

El cuidador del zoológico insistió: “Estarás a salvo. Este león es manso, ha sido criado en el zoológico y ha sido alimentado con leche toda su vida. Estarás bien.”

El joven vaciló y luego respondió: “Bueno, yo también fui criado con leche. Pero ahora me gusta comer carne”.

El temor es una de las emociones más comunes que tenemos en nuestras vidas y, sin embargo, creo que es una de las más incomprendidas. Cuando vemos nuestro mundo, tal vez incluso en nuestras propias vidas hoy, podemos decir que el temor está en su punto más alto. Creo que mucho de esto viene del hecho de que oímos demasiado a los políticos y reporteros de noticias, que se han convertido para muchas personas tanto en su predicador como en su profeta. Quiero que sepas lo que dice la Biblia sobre este tema del temor y si recibirlo o rechazarlo.

Dios construyó como un sistema de alarma instintivo dentro de nosotros que está diseñado para preservar la vida, como el joven con el león. Por otro lado, tenemos lo que yo llamo miedo carnal. Es un tipo de miedo sin sentido, una ansiedad persistente que se apodera de tu corazón. El tipo que te confunde cuando estás tratando de tomar decisiones, que despoja al futuro de la esperanza.

Juan estaba hablando de este segundo tipo de temor cuando escribió: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1 Juan 4:18). Cuando Pedro escribió: “Temed a Dios” (1 Pedro 2:17), estaba hablando de un temor correcto. Nos mueve a una postura de honor y asombro santo ante nuestro Señor porque “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Proverbios 1:7).

El temor, por definición, es una respuesta emocional y una reacción que busca evitar cualquier tipo de peligro. Yo diría que no todo temor es malo. Existe el tipo correcto de temor y el tipo incorrecto. Es vital para nosotros como creyentes, mientras caminamos con Cristo y vivimos en este mundo presente, saber realmente la diferencia.