La Venida de Jesús

David Wilkerson (1931-2011)

Creo que Jesús viene pronto. Vemos al Señor moviéndose de maneras asombrosas alrededor del mundo y los eventos se están moviendo rápidamente hacia el día de su venida.

“Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas… Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre” (Mateo 24:33,36).

Aquellos que conocen las Escrituras tienen un sentido interno del Espíritu Santo del regreso del Señor. Escuchamos el llamado del Espíritu Santo que mora en nosotros, clamando: “Sí, Señor Jesús, ven”. Jesús dijo: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor… Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis… Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así” (Mateo 24:42,44, 46).

Amado, ¿sientes o percibes que estos son los últimos de los últimos días? ¿Compartes el anhelo por su aparición? ¡Estás en buena compañía! Hay millones de personas en todo el mundo que también miran hacia arriba, esperando con gran anticipación el regreso de nuestro Señor.

Hasta entonces, Dios quiere que destaquemos como creyentes, como mensajeros de esperanza en nuestro mundo sin esperanza. No nos desesperamos porque sabemos que el regreso triunfal de Jesucristo pondrá fin a la maldad y la desesperanza que han envenenado a la humanidad desde que la serpiente le habló a Adán.

Cuando el Señor regrese a la tierra, quiere encontrarnos esperanzados, listos y trabajando duro para llevar su mensaje de esperanza al mundo. Aunque no sabemos el día ni la hora, sabemos que puede venir en cualquier momento. Recojamos la cosecha con alegría mientras esperamos ese gran día.

¡Qué día será ese! “Los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:16-18). Mira hacia arriba y anímate; nuestra redención se acerca.