Heridas Auto Infligidas

David Wilkerson (1931-2011)

“Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades; su alma abominó todo alimento, y llegaron hasta las puertas de la muerte” (Salmos 107:17-18).

Según el diccionario, insensato es alguien que carece de criterio o sensatez, aquel que hace tonterías sin pensar en las consecuencias.

¿Qué podría ser más necio e impensable que tener relaciones sexuales con una persona desconocida? Todo el mundo sabe que las enfermedades de transmisión sexual son un problema internacional y, sin embargo, todavía hay personas en todo el mundo que las contraen. La gente simplemente se niega a alarmarse. Las mujeres arriesgan sus vidas y los hombres cambian su futuro por una hora de placer carnal.

Algunas de estas enfermedades son extremadamente graves y muchas personas sufren graves consecuencias por sus actos insensatos. Hablan del pavor que sintieron cuando sintieron por primera vez algo extraño en su cuerpo. Sabían que algo no estaba bien y, de pronto, les vino a la mente un recuerdo inquietante de un acto imprudente en su pasado. Sucedió cuando vivían en pecado, siendo insensatos.

“Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades” (Salmos 107:17). La desesperación de muchos de estos cristianos es indescriptible. Se sienten impotentes, a punto de darse por vencidos. Un hombre dijo: “Siento que mi vida se acabó. No hay nada que yo pueda hacer”.

“Y llegaron hasta las puertas de la muerte” (Salmos 107:18). Amado, no tienes que vivir sin esperanza. Dios te ha dado su palabra de que él no abandona a los insensatos. Los siguientes versículos brillan con esperanza: “Pero clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones. Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina” (Salmos 107:19-20).

El Señor sabe que hay cosas que no podemos cambiar, palabras que hemos dicho o cosas que hemos hecho que no podemos deshacer. Él no nos está pidiendo que hagamos penitencia ni que hagamos promesas. Lo único que pide es que clamemos a él en nuestra desesperación. Él quiere sanar, prolongar la vida y proveer gracia sobrenatural.