Guardando lo que Dios ha Depositado

Gary Wilkerson

En las cartas de Pablo a Timoteo, él describió cómo identificar a los falsos maestros y luego encargó a su joven protegido: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos” (1 Timoteo 6:11-12).

Mi papá me enseñó esto: el corazón hambriento que está en búsqueda puede tener tanto de Jesús como quiera. No te quedes satisfecho. ¡Dalo todo! Busca una vida verdadera con Cristo. Obtén más de Jesús. Enamórate de Jesús. Busca al Padre por la mañana y al Espíritu Santo por la tarde y a Jesús por la noche. Pasa todo el día envuelto alrededor de Jesús, siendo lleno de él.

Creo que eso es lo que Pablo estaba indicándole a Timoteo aquí.

Echar mano de la vida eterna, la vida en Cristo a la que fuimos llamados, significa hacer de Jesús todo en tu vida. Jesús es mi todo en todo. Jesús está en cada parte de mi vida. Pablo estaba diciendo: “Hombre de Dios, sigue eso con todo en ti. Sea esa tu pasión y esas virtudes de justicia, piedad y perseverancia serán como brasas en tu corazón. Sopla el viento del Espíritu Santo sobre ellos. Permite que el Espíritu Santo sople sobre ti una vez más para que el fuego nunca se enfríe, las brasas nunca se apaguen, sino que sigan ardiendo. Pon leña fresca en esa cosa".

Un poco más tarde, Pablo usó un lenguaje aún más fuerte en sus mandamientos a Timoteo. Él dijo: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe” (1 Timoteo 6:20-21).

Pablo estaba diciendo que hay responsabilidad en tu vida. Ésta responde a la pregunta: Si el discipulado depende totalmente de Dios, entonces ¿por qué algunos cristianos son discípulos radicales y completos y otros no?

Yo diría que todo se reduce a este tema del que habla Pablo en sus cartas. ¿Estamos buscando los dones del Espíritu, persiguiendo más la presencia de Jesús en nuestras vidas y echando mano de nuestra fe? ¿Estamos cuidando la vida nueva que Dios ha puesto en nosotros?