“Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez” (Juan 12:27-28).
En una conferencia de pastores en uno de los países del antiguo bloque del Este, Dios había puesto en mi corazón hablar sobre el propósito del sufrimiento en la vida cristiana.
Asistieron aproximadamente 1,000 pastores y el mensaje que estaba a punto de compartir era uno con el que había luchado de antemano. “Señor, estos hombres y mujeres ya están sufriendo. ¿Por qué no puedo traer una palabra de aliento o hablar sobre algún tipo de bendición en lugar de ello?”
Sin embargo, el primer día de la conferencia, continué y prediqué lo que sabía que el Señor me había dado, solo para enfrentarme a un silencio casi inquietante. Cuando terminé, los pastores en esa sala cayeron de rodillas a la vez; y comenzaron a llorar. Inicialmente, pensé: “¡Oh Dios, he traído más desesperación a sus corazones cuando debí haberlos alentado!”
Después de la reunión, uno de sus líderes se me acercó y esencialmente me dijo: “Pastor, no sabe lo que sucedió hoy. Todo este tiempo, pensamos que Dios estaba enojado con nosotros… Vemos programas de televisión de su país y tenemos la impresión de que si somos hijos de Dios, debemos ser ricos y abundantes”.
En ese momento, me di cuenta de que en realidad habían estado llorando de gozo. Ellos finalmente entienden que lo que estaba pasando en sus vidas no era un castigo de Dios. Al contrario, los estaba preparando para poder resistir las pruebas en los días venideros.
Muchos cristianos desilusionados no hacen esta conexión. Llegan a un punto en sus pruebas en el que se sienten agraviados, traicionados y abandonados. Luego comienzan a cuestionar el compromiso de Dios con ellos y gritan: "¡Dios, me has fallado!" Dios no les ha fallado. Fracasaron en ir más allá de la superficie de las Escrituras para aprender lo que realmente significa andar con Cristo. Fracasaron en abrazar las verdades que prometen sustentar a aquellos que están decididos a seguir los pasos de su maestro.
No importa en qué circunstancias adversas estés hoy, agradece que el Señor te está llevando a lugares de fuego donde todo lo que no es Cristo está siendo purgado. Él está obrando sus propósitos en tu vida y preparándote para que lo representes en esta generación.
Carter Conlon se unió al equipo pastoral de la Iglesia Times Square en 1994, por invitación del pastor fundador David Wilkerson, y fue nombrado para el cargo de Pastor Principal en 2001. En mayo de 2020, él pasó al cargo de Supervisor General de la Iglesia Times Square Inc.