Renunciando a Nuestras “Libertades” por Amor

Gary Wilkerson

En el libro de 1 Corintios, Pablo estaba respondiendo a una carta que había recibido de una familia de cristianos corintios que había informado sobre algunos problemas en la iglesia.

Parte de su carta dice: “Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina. Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles” (1 Corintios 8:7-9).

Muchos comentarios pronuncian que este capítulo es donde los cristianos fuertes tienen que aplacar a los cristianos débiles; y esa interpretación implica que Pablo debería decirles a estos cristianos débiles: “Vamos, muchachos, crezcan. Empiece a comer carne sacrificada a los ídolos. No es gran cosa. Entren en los bares y templos. Dediquen su tiempo a estas diferentes cosas. Está bien para ustedes. ¡Háganlas!"

En realidad, eso es lo contrario de lo que dice Pablo.

Debido a sus asociaciones anteriores, algunos creyentes no podrán aceptar o hacer el mismo tipo de cosas que no molestan a ciertos cristianos. En otras palabras, estos creyentes "débiles" solían ir a estos bares. Solían ir a estos clubes. Solían participar en ese tipo de actividades sexuales. Solían ceder sus principios frente a todas estas cosas.

Ahora, de pronto, hay algo en su corazón que dice: "Hombre, esa es mi vida anterior. No puedo volver". Ellos entienden la Palabra del Señor cuando dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17) y señala que una persona que vuelve a sus malas decisiones pasadas es como un perro que vuelve a su propio vómito (ver Proverbios 26:11).

Realmente, ellos captan la oración "Oh Dios, mantén pura mi conciencia".

Esta no es una fe basada en obras. No soy yo ganando mi salvación intentando comportarme como un buen cristiano moral. Esto tiene mucho menos que ver con la moralidad que con honrar la justicia de Cristo que se nos ha dado gratuitamente. Pablo quería que los seguidores de Cristo fueran personas que tuvieran una conciencia tierna y un corazón blando hacia la Palabra del Señor. Somos llamados a honrar a Cristo en cada parte de nuestras vidas.