En Modo “Lucha”

David Wilkerson (1931-2011)

Esaú nació primero, un bebé cubierto de pelo (su nombre significa “peludo”), pero su hermano gemelo Jacob lo agarró del talón cuando aún estaba en el útero. ¡Qué sorpresa debió haber tenido la partera cuando vio a Esaú salir con una manito agarrando su talón!

“Tomó por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel. Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros” (Oseas 12:3-4).

En este breve pasaje sobre Jacob, el profeta Oseas resume cómo vencer y prevalecer con Dios. Su mensaje fue: “He aquí un hombre codicioso de Dios, hambriento de todo lo que Dios tenía para él”. Jacob salió del útero en modo “Lucha”, anhelando las bendiciones de Dios. Había algo de instinto divino en este niño. Era como si estuviera diciendo: “Hermano, si tú no quieres la plenitud de Dios, yo la quiero. Fuera de mi camino. No me quedaré atrás en las bendiciones de Dios”.

La primogenitura y bendición del deseo de Jacob a lo largo de su vida representa todas las bendiciones que hay en Cristo Jesús. En última instancia, lo que Jacob buscaba no era la doble porción de la riqueza de su padre, ni tampoco la promesa de la tierra. No, Jacob quería algo más. Quería la bendición de Dios para poder estar en el linaje del Mesías y quería la bendición sacerdotal. Esto significaba no sólo ser sacerdote del clan, sino también poder bendecir a los demás.

Vemos este ministerio sacerdotal a lo largo de Génesis 27 y cuando Isaac impuso sus manos sobre Jacob y lo bendijo: “…para que me bendigas” (Génesis 27:19). Significaba el alto honor de tener la mano de Dios sobre él y el poder de bendecir a otros.

Amados, esto es lo que se requiere de los creyentes en estos últimos días. Dios quiere levantar un pueblo que no se preocupe sólo por ganarse la vida, tener una casa o conducir un buen coche. ¡Él está buscando a aquellos que son codiciosos de las bendiciones de Dios, no para consumirlas en sí mismos sino para que Él los use para ayudar a otros!