El Reposo de Dios

John Bailey

“Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:1-2).

Este versículo se refiere al viaje de los antiguos israelitas por el desierto. Cuando llegaron a la Tierra Prometida, enviaron 12 espías a la tierra. Sólo Josué y Caleb volvieron con un buen informe; los otros 10 espías dieron un informe de incredulidad y desobediencia. Envenenaron el pozo con los hijos de Israel y se negaron a creer que las promesas de Dios los protegerían. Esto es de lo que Dios estaba hablando cuando el escritor de Hebreos dijo, “[Dios] dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo”. (Hebreos 4:3).

¡Yo creo que Dios nos ha llamado como sus seguidores a vivir por fe! La única forma en que podemos mostrar el poder de Dios en nuestras vidas y recibir sus promesas como su reposo es si caminamos en su Espíritu Santo, por gracia mediante la fe.

Si no me crees, mira un poco más abajo en ese pasaje. “Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” (Hebreos 4:10). La única manera en que podemos entrar en el reposo de Dios es si cesamos en nuestras propias labores.

Ahora bien, esto no significa que lleguemos a un lugar de inactividad. Creo que la vida del apóstol Pablo da testimonio de esto; caminó en el reposo de Dios y también escribió dos tercios del Nuevo Testamento, llevó el evangelio a gran parte del Imperio Romano y fue un gran plantador de iglesias. El reposo que encontró no fue por no hacer nada. Provino de vivir en fe y en el poder del Espíritu Santo.

Nuestra vida cristiana no es: “Bueno, Dios hace su trabajo y yo hago lo mejor que puedo, y luego Dios puede producir algo”. Así no es cómo funciona. Debemos entregar nuestra propia comprensión, estrategias y creatividad a Dios. Él hará cosas mucho mayores con sus estrategias y creatividad de las que jamás podríamos imaginar. Simplemente debemos tener fe.