Dándole a Dios Todo lo que Tenemos

David Wilkerson (1931-2011)

“Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá” (Isaías 30:18-19). Isaías estaba diciendo: “Si simplemente esperas en el Señor, si le clamas de nuevo y vuelves a confiar en él, él hará por ti todo lo que he dicho y más”.

Dios puede simplemente pronunciar una palabra, y el enemigo caerá delante de nosotros. “Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada” (Isaías 30:31). Amado, no hay ningún asunto que nuestro Padre no pueda resolver, ninguna batalla que no pueda ganar para nosotros con una simple palabra de sus labios. Isaías dice que “el soplo de Jehová” consumirá todo en nuestro camino (ver Isaías 30:33).

A pesar de esto, el proceso de confiar en Dios en todas las cosas no es fácil. Busqué al Señor por una situación relacionada con el edificio de nuestra iglesia aquí en la ciudad de Nueva York. Le dije a Dios: “En esto confío en ti, Padre. Te he buscado por eso y estaré en paz al respecto”. Así es como me respondió. “David, me sorprende que puedas confiarme tus bienes raíces, finanzas y otras cosas materiales, pero aún así no me confías tu bienestar físico”.

Estaba muy consciente de mi edad. Estaba demasiado preocupado por lo que le pasaría a mi familia después de mi partida. Ahora las palabras de convicción del Señor me golpearon como un rayo. Yo pondría todas las preocupaciones materiales en sus manos, pero no las preocupaciones eternas. Me di cuenta: “Señor, quieres que te confíe todo, ¿no es así?”

Sí, querido santo, él lo quiere todo, tu salud, tu familia, tu futuro. Quiere que le confíes todos los asuntos. Quiere que vivas en tranquilidad, confianza y reposo.

Anda a tu lugar secreto y ponte a solas con el Señor. Tráele todo. Él ha prometido: “Oirás mi palabra detrás de ti, diciéndote qué camino tomar. Este es el camino. Ahora, camina en él”.

La evidencia de la fe es el reposo. Confiar en la fe resulta en paz mental. La verdadera fe confía todas las cosas en sus manos.