Continúa Adorando

David Wilkerson (1931-2011)

Moisés tenía una disposición como la de muchos de nosotros hoy en día, por lo que solo había una manera de permanecer en la victoria. Él se comunicaba continuamente con el Señor. “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero” (Éxodo 33:11). Creo que el secreto de la santidad es muy simple: ¡Mantente cerca de Jesús! Sigue mirándolo a la cara hasta que te vuelvas como la imagen que contemplas.

Una noche, una mujer histérica me detuvo en la calle y soltó una confesión desesperada. "Señor Wilkerson”, clamó, “estoy enfrentando la hora más oscura de mi vida y no sé qué camino tomar. ¡Mi marido me ha dejado y todo es culpa mía! Le he fallado a Dios y a mi familia. ¿Qué voy a hacer?”

Fui movido a decirle: “Amiga mía, levanta tus manos aquí mismo en esta esquina y comienza a adorar al Señor. Dile que tú sabes que eres un fracaso, pero que aún lo amas. Luego ve a casa y ponte de rodillas. No le pidas nada a Dios, solo levanta tus manos y tu corazón y adóralo”.

Dejé a esa señora parada en la calle con las manos levantadas al cielo, lágrimas cayendo por sus mejillas, alabando al Señor y saboreando ya la victoria que estaba volviendo a su vida. “Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel” (Salmos 22:3). El Señor hace su morada con su pueblo que está adorando; y donde está el Señor, viene la victoria.

Cristo dice: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37) y: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

No tengas miedo al fracaso. Sigue adelante a pesar de ello. ¡Adora a Dios hasta que venga la victoria! Esto puede sonar como un exceso de simplificación, pero la forma de superar el fracaso en realidad es simple.