Ayuda Para no Murmurar ni Quejarnos

David Wilkerson (1931-2011)

Nuestro mundo está lleno de incertidumbre. El caos y el malestar parecen extenderse cada hora, causando que el miedo se incremente sin control. Mi oración cada día es: “Dios, ayúdanos a no murmurar ni quejarnos. Enséñanos que estas son señales de impaciencia y desconfianza hacia ti, nuestro fiel Señor”.

En Éxodo 17, Moisés describió la murmuración como “tentar a Dios”. Los hijos de Israel estaban en Refidim y no había agua para beber. La duda y el temor se extendían por el campamento. El pueblo se olvidó de todas las veces en el pasado que habían sido librados y una vez más comenzaron a dudar de que el Señor estaba con ellos. “Dios, ¿por qué nos sacaste de Egipto? ¿Por qué no nos dejaste morir allí en lugar de traernos a este lugar para matarnos? Ellos lloraron. La murmuración alcanzó un crescendo cuando volvieron su ira hacia Moisés hablando de apedrearlo.

Finalmente, en Su misericordia, Dios les dio agua de una roca. Sin embargo, le dio un nombre como recordatorio permanente de su desconfianza, murmuración y queja. “Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?” (Éxodo 17:7)? Iba a ser un lugar recordado para siempre en el futuro de Israel.

A menudo sentimos que tenemos derecho a murmurar y quejarnos porque nuestras aflicciones son dolorosas y difíciles de soportar. Hay veces que he sido culpable de esto, pero cada vez que vuelvo a leer Éxodo 17, un temor reverente del Señor toma mi alma. Este relato enfatiza que Dios toma muy en serio nuestra falta de fe.

Dios nos ha llevado a través de tanto en el pasado y siempre ha demostrado su fidelidad. ¿Cuándo confiaremos plenamente en él? ¿Cuándo confiaremos por completo en su promesa de guardarnos, amarnos y ser nuestro padre y guardián celestial? Si pudiéramos entender que todo acabará para la gloria de Dios, descansaríamos en su Palabra. No nos quejaríamos ni temeríamos, sino que reposaríamos en la seguridad de que todos los que se aferran a la fe serán bendecidos.

Que Dios nos ayude a tomar esto en serio en los tiempos de prueba que se avecinan. ¡Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece!