Alabando a Dios por Su Bondad

David Wilkerson (1931-2011)

“Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia” (Salmos 145:7).

No podemos negar el llamado de Dios a alabarlo en todas sus excelencias, pero estamos especialmente llamados a alabarlo por su bondad.

Nótese que el salmista insistió en la abundancia de alabanzas en memoria de la bondad del Padre; cantaban en hebreo por las abundantes expresiones, “para brotar como agua que brota de una fuente”.

En el Salmos 107:8-9, David escribió: “Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta”.

Esta verdad de alabar a Dios por su bondad pasada tocó una fibra sensible en mi corazón, y me ha movido a hacer lo que hizo David. Somos llamados a celebrar su bondad.

David examina la belleza de esta bondad. Nota que Dios se inclina a usar la misericordia porque se compadece de nuestras aflicciones y miserias; la misericordia es su sentimiento predeterminado hacia nosotros. David tomó prestado de Éxodo 34:6, donde Dios le habló a Moisés: “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”.

Amado, mirad hacia el pasado y recuerda lo bueno que ha sido el Señor contigo. Recuerda sus compasiones que nunca han fallado en ayudarte. Estoy encontrando placer en alabar a Dios por todas las cosas pero especialmente por su bondad. Me regocijo no solo por la bondad pasada, sino también por aquellos que veo a diario a mi alrededor.

¿Te sientes “menos que” hoy? ¿Sientes que la misericordia y la gracia no son para ti, fuera de tu alcance? ¡Cobra ánimo! Dios te ama. Él está a tu lado, listo para derramar sus infinitas bendiciones sobre ti.

“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días” (Salmos 23:6).