La Abundancia de la Gloria de Dios

David Wilkerson (1931-2011)

Dios siempre desea derramar más de su gloria sobre su pueblo. Él anhela hacer por nosotros “mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (Efesios 3:20). Es por eso que él quiere un pueblo que tenga un apetito voraz por más de él. Él quiere llenarlos con su asombrosa presencia, más allá de cualquier cosa que hayan experimentado en sus vidas.

Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Sin embargo, para obtener esta vida abundante, debemos abundar más y más en agradar al Señor. Pablo escribió: “Os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más” (1 Tesalonicenses 4:1), así como “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).

La palabra griega para “abundar”, significa “exceder, sobreabundar, tener suficiente y sobrar, de sobra y aun más, excesivo, muy abundantemente por encima, más allá de toda medida”. Pablo estaba diciendo: “La gloria de Dios en tu vida va a exceder los pequeños momentos que has tenido hasta ahora, pero tus oraciones tienen que ser más bendecir tus alimentos”.

“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias” (Colosenses 2:6-7). Pablo estaba diciendo: “Para tener esta vida abundante de la gloria y la presencia de Dios, debes servirle sobremanera, con un amor y un compromiso que superan al de los siervos perezosos y adormecidos”.

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo” (Efesios 1:7-9). Dios quiere darte gloria y revelación más allá de cualquier medida anterior. El Señor está diciendo: “Voy a abrirte una comprensión más profunda de mi Palabra. Quiero darte revelaciones de sus misterios”.