Éxito que Conduce al Fracaso

Jim Cymbala

El rey Asa tuvo algunas influencias piadosas en su línea familiar y comenzó bien. El rey Asa fue en realidad uno de los mejores reyes de la Biblia y él hizo una de las oraciones más grandiosas que se encuentran en todo el Antiguo Testamento (ver 2 Crónicas 14:11).

Cuando se convirtió en rey, derribó los ídolos y destruyó a los baales que su padre y su abuelo habían traído a Judá. Fue valiente y trajo la reforma, predicó la Palabra de Dios a la gente y construyó estratégicamente las ciudades. Sin embargo, treinta y seis años después de su reinado, hizo este trato con Siria y ganó una batalla.

Mientras todos celebraban, un profeta se acercó al rey con un mensaje de juicio. “En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos… Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti. Entonces se enojó Asa contra el vidente y lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo” (2 Crónicas 16:7-10).

Este ejército invadió; y el rey Asa no estaba orando. No estaba confiando en Dios. Se volvió inteligente en los últimos dos años, y al volverse 'inteligente', se convirtió en un tonto. Sin oración, sin humillarse, sin Dios en las decisiones. El hombre que una vez creyó: “Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas” (Isaías 40:31), ese ya no era Asa. Ahora se había "superado"; él idearía un plan de mercadotecnia realmente genial, ¿y adivina qué? Funcionó.

Sin embargo, las cosas que funcionan para nosotros fuera de Dios, a menudo no funcionan a largo plazo, realmente no. La estrategia inteligente de Asa valió la pena, pero al final él fue el perdedor.

A veces, confiamos en Dios para las cosas importantes, pero por lo demás, tratamos de resolverlo nosotros mismos. Esos problemas medianos son los que a menudo indican dónde estamos realmente en el Señor. Dependemos del dinero, de las estrategias o de las fórmulas. Simplemente tratamos de mantener a la gente contenta y puede funcionar… por un rato; y luego nos quedamos sin nada.

La verdad de nuestra confianza en Dios siempre saldrá a la luz al final.

Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson.