Él Entiende Completamente

David Wilkerson (1931-2011)

Me consuela mucho saber que mi Salvador comprende mis sentimientos. Se relaciona con todo lo que estoy experimentando. Él verdaderamente entiende cada sentimiento y nunca me condena por sufrir ataques del enemigo. En cambio, me dice que aguante y que no tenga miedo. Me hace saber que él también está familiarizado con este tipo de lucha, luego me ofrece una audiencia de gracia en su trono con una promesa de misericordia y gracia en mi hora de necesidad. Ya sea que mis sentimientos negativos hayan sido el resultado de una batalla física o espiritual, nuestro Señor ofrece consuelo y ayuda cuando más se necesita.

La Escritura declara: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:15-16).

¿Qué quiere decir nuestro Señor con esto? Él está animando a todos sus amados hijos a que dejen de preocuparse cuando están bajo la influencia de pensamientos negativos. No más acusarte de fracaso y maldad. La desesperación y el miedo pueden ser causados por el pecado, pero no siempre. ¡No te acuestes y lo tomes! No te vayas a la cama por la noche hasta que te encierres con él, acércate a su trono con confianza y clama por la ayuda que tan claramente él ha prometido. Clama por misericordia, perdón y gracia para expulsar todos los sentimientos negativos. Esa es la fórmula de Cristo, no la mía.

Habiendo clamado por la victoria, habiendo usado la autoridad de su nombre, habiéndote acercado a él con fe para echar mano del perdón y las promesas, sobrelleva la tormenta en un estado de reposo. Deja que Dios disipe los sentimientos negativos a su propio ritmo.

“Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:18).

“…por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría” (Salmos 30:5).

Puedes acostarte a dormir con esta oración en tus labios: “Oh, Señor, rechazo estos sentimientos negativos. los repudio. No sé de dónde vinieron ni cómo, pero te los encomiendo todos. Dame una nueva seguridad y quítame todo temor. Amén”.