¿Por qué está Abatida mi Alma?

David Wilkerson (1931-2011)

Una y otra vez, el salmista pregunta: “¿Por qué está abatida mi alma? Me siento inútil y desamparado. Hay tal inquietud dentro de mí. ¿Por qué, Señor? ¿Por qué me siento tan impotente en mi aflicción? " (Ver Salmos 42:11 y Salmos 43:5.) Estas preguntas se refieren a multitudes que han amado y servido a Dios.

Tomemos al piadoso Elías, por ejemplo. Lo vemos debajo de un enebro, suplicando a Dios que lo mate. Está tan abatido que está a punto de renunciar a su propia vida. También encontramos al justo Jeremías abatido en desesperación. El profeta clama: "Señor, me has engañado. Me dijiste que profetizara todas estas cosas, pero ninguna de ellas se ha cumplido. No he hecho nada más que buscarte toda mi vida. ¿Así es como soy recompensado? Ya no mencionaré tu nombre".

Cada uno de estos siervos está bajo un ataque temporal de incredulidad, pero el Señor entendió su condición en tiempos de confusión y duda. Después de un período, siempre les mostraba la salida. En medio de sus aflicciones, el Espíritu Santo les encendía la luz.

Considera el testimonio de Elías. “Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías" (1 Reyes 19:9). Este encuentro despertó en él una nueva vida, algo que también expresó Jeremías. “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos” (Jeremías 15:16). En algún momento, cada uno de estos siervos recordó la Palabra de Dios, y ésta se convirtió en la fuente de gozo y regocijo en sus vidas, sacándolos del abismo.

La verdad es que todo el tiempo que esta gente estuvo luchando, el Señor estuvo sentado esperando. Él oía su clamor y angustia. Después de que pasó cierto tiempo, les dijo: "Han tenido su momento de dolor y duda. Ahora quiero que confíen en mí. ¿Volverán a mi Palabra? ¿Se aferrarán a mi promesa? Si lo hacen, mi Palabra les ayudará a vencer”.

Esa promesa y la Palabra del Señor nos ayudarán a superar cada momento difícil y levantarán nuestras almas cuando estemos abatidos.