¿Dónde Está tu Calcuta?

Tim Dilena

La Madre Teresa dijo una vez: “Quédate donde estás. Encuentra tu propia Calcuta. Encuentren a los enfermos, a los que sufren y a los solitarios allí mismo donde se encuentran, en sus propios hogares y en sus propias familias, en sus lugares de trabajo y en sus escuelas. Puedes encontrar Calcuta en todo el mundo, si tienes ojos para ver. En todas partes, dondequiera que vayas, encuentras personas no deseadas, no amadas, no cuidadas, rechazadas por la sociedad, completamente olvidadas, completamente solas. Ayuda a una persona a la vez y comienza siempre con la persona más cercana a ti” 

Lo que me interesa de los capítulos 5 al 7 de Mateo no es sólo el Sermón del Monte de Jesús, sino lo que ocurrió el día después del sermón. Aquí es cuando la multitud se reduce al individuo. El público ahora tiene un nombre. Lo vemos inmediatamente en Mateo 8:1-2: “Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso…”.

La vida se volvió real. La peor enfermedad vino después del mayor sermón. Tú sabes a qué me refiero. Después del canto y la prédica, vienen las deudas, los problemas matrimoniales, las adicciones, el cáncer, la diabetes, el divorcio y el abuso.

El capítulo 8 trata sobre lo que sucede el lunes después del gran e inspirador servicio de adoración del domingo por la mañana. Conocer la Biblia y saber cantar canciones cristianas es importante, pero eso no se traduce en mejorar la vida de otras personas cuando las encontramos en una tragedia. No puedes ser compasivo sin la gente. Nadie es compasivo solo. Nuestras Calcutas están a nuestro lado y necesitan nuestra compasión.

Cada uno de nosotros tiene tres recursos para mostrar compasión: tiempo, tesoro y talentos. Una vez escuché a alguien decir: "Las prioridades de la vida de una persona se pueden ver mediante dos documentos: una chequera y un calendario". Yo agregaría esta pregunta: ¿Cuál es tu talento? Tienes al menos uno; todo el mundo lo tiene. El apóstol Pedro escribió en 1 Pedro 4:10: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. Ya sea que tu don sea amar a las personas, ayudarlas, servirlas, dar a las personas, traerlas a la iglesia… siempre se trata de personas. Así es como tú muestras compasión.

 ¿Dónde está tu Calcuta? ¿Dónde se vuelve real la vida para ti? ¿Cómo podrías mostrar compasión durante tu lunes?