“Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo oirá desde sus santos cielos con la potencia salvadora de su diestra. Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie” (Salmos 20:6-8).
¡La confianza total en el Señor puede cambiar tu vida! Se necesita fe para creer que Dios siempre está obrando en favor tuyo. Sin embargo, la Palabra dice que incluso los demonios creen (ver Santiago 2:19), sin embargo, su creencia es un simple acuerdo mental, no una verdadera fe salvadora. Satanás y sus subordinados son más conscientes de la realidad de Dios que la mayoría de las personas, sin embargo, los demonios ciertamente no son salvos. El tipo de fe que nos salva es el tipo de fe que también nos cambia.
Mientras caminamos con el Señor, podemos estar llenos de preguntas; incluso podemos tener dudas. ¿Por qué Dios permite el sufrimiento? ¿Por qué le pasan cosas malas a las buenas familias? ¿Por qué parece que Dios tarda tanto en responder nuestras oraciones? Dios anhela hacer una obra más profunda en nosotros. Él quiere llevarnos más allá de un conjunto de creencias (tradiciones, cuestiones doctrinales) y llenar nuestros corazones con una confianza plena y total en él.
Cuando estamos tentados a dudar, podemos decir: “Ayuda mi incredulidad, Señor. Pero hasta que mi creencia esté completa, elijo confiar en ti”. A veces podemos dudar de ciertas cosas, pero el Señor siempre se encarga de eso. Él revela la verdad, muestra el camino y confirma la verdad. En medio de nuestra lucha, durante nuestra mayor duda, Dios pone algo en nuestros corazones. Él nos hace saber que él es bueno todo el tiempo y siempre es confiable. Podemos confiar en su santidad, su esplendor, su grandeza, su majestad, su amor.
Te insto a que resuelvas tu problema de confianza hoy. Tu fe puede ser sacudida, pero tu roca todavía está allí. Dile a tu Padre: “Dios, pase lo que pase, he decidido que confiaré en ti”.